Según los últimos estudios realizados sobre el tema destacan los siguientes datos:
- El consumo de televisión por parte de los niños españoles (4 a 14 años) aumenta, situándose en la actualidad en una media de 2 horas y 38 minutos al día. En Europa sólo los niños italianos superan a los españoles: 2 horas y 46 minutos. Después están los británicos (2 horas y 24 minutos) y los franceses (2 horas y nueve minutos)
- Hay estudios que afirman que más de dos horas de televisión puede provocar trastornos de la atención perdurables en el tiempo.
- Los niños menores de 2 años no se benefician de ver la televisión en ningún aspecto del desarrollo: lenguaje, motricidad, percepción visual, cognición, etc.
- Es muy escasa la oferta de programas estrictamente educativos.
- El código de Autorregulación que las principales cadenas firmaron en 2004 para evitar los contenidos violentos y sexuales y el lenguaje soez, ha servido de muy poco.
- Puede afirmarse que aproximadamente en un 40% de los hogares no hay un control parental suficiente del consumo de televisión de los menores.
- Una buena parte de la televisión vista por los menores es en tramos horarios no protegidos
- Un exceso de televisión en menores se ha relacionado con: fracaso escolar, obesidad infantil, poca motivación por la lectura, adquisición de malos hábitos y comportamientos sociales, etc.
- La violencia vista en la televisión puede desarrollar conductas agresivas en los menores y reducir su sensibilidad emocional.
- La oferta ha aumentado considerablemente debido a la TDT, a Internet, etc.
- Han aparecido canales específicos muy recomendables como: Baby TV de Fox para niños de cero a tres años; KidsCo para 6 a 10 años; Boing de Mediaset España con programación por franjas de edades; Clan de la televisión pública.
- Ver la televisión con ellos y comentar los aspectos positivos y los valores detectados en los programas visualizados como: la cooperación, la solidaridad, la amabilidad, la comprensión, etc.
- Hacedles ver la diferencia entre la ficción y la realidad
- Asegurar que los programas que vean sean educativos y acordes a su edad, mejor a partir de los tres años.
- Establecer un tiempo límite (de una a dos horas, cuanto más pequeños menos tiempo) y un horario, siempre en franjas horarias protegidas y no coincidentes con el estudio y con los momentos de interacción familiar. Deben ocupar un lugar privilegiado en las actividades del menor: la lectura, las tareas escolares, el juego, la interacción con la familia y con los iguales.
- Grabar programas de calidad para ofrecérselos en su tiempo de ver televisión o adquirir vídeos adecuados.
- Predicar con el ejemplo: que nos vean leer, escuchar música, practicar juegos educativos, etc.
La opinión de una profesional:
Lo que la televisión les puede quitar:
¿Cómo les influye la televisión?
Ellos hacen lo que ven que hacemos nosotros y lo que ven en la televisión
¿Por qué protegerles?